Ficha Yokai Wars

Nombre: Kozuo 
Edad: 27
Altura: 1,84 (sin sandalias) 1,93 (con sandalias)
Sexo: masculino  
Especie: Karakasakozou

Reino: ushitan 
Clase: Samirai 
Arma: katana (la sombrilla esta adaptada para que sea su funda) 
Rango: D
Inventario: sta.sh/012nrovg21k9

Personalidad:
Alguien muy sencillo, no suele ser el quien inicie una conversación a menos que tenga algo que decir a la persona, prefiere escuchar a los demás,  sobretodo si tienen historias que contar. Curioso aunque no lo parezca sobretodo si no tiene experiencia en algo, no teme probar lo que sea con tal de saber que se siente, sabe o pasa. Muy observador aunque poco perceptivo, su atención suele concentrarse en cosas completamente irrelevantes, que lo distraen de lo que en realidad debería estar prestando atención.
Tiene su propia forma de ver las cosas, por lo que a veces los demás no lo entienden o pueden pensar que es tonto. No esta acostumbrado a dar explicaciones de lo que hace y por que, pero si le preguntan sera completamente sincero de sus intenciones, sin embrago por la forma en que habla, puede ser mal interpretado.
Extremada mente paciente, pareciera que nada ni nadie puede hacerlo perder la calma.
Sabe un montón de refranes y proverbios, así que si se da la ocasión no dudará en soltar alguno.          

Historia: 

Kazuo un día despertó al pie de un árbol, muy mal herido y con una sombrilla en su mano. No tenia ni la mas mínima idea de quien era o que hacia ahí, pero lo que si sabia era que no podía separarse de aquella sombrilla, perdiendo el conocimiento una vez mas.
Al despertar de nuevo se encontró en una choza en medio del bosque, vendado, con un plato de sopa caliente y la sombrilla junto a el. El anciano que lo había curado lo miraba tranquilo y con un té ente las manos, contándole quien era y explicándole como lo había encontrado, ofreciéndole quedarse ahí con el si lo deseaba al descubrir que el otro no tenia idea de quien era. Kozuo sin dudar aceptó y se dedicó a ayudar al anciano con los quehaceres y haciendo también de de ayudante, pues este era un herrero que se dedicaba a hacer espadas por encargo, siendo así que kozuo pudo recordar sus habilidades con la espada.

Los días pasaron tranquilamente hasta que el anciano enfermó dejandole antes de morir, una espada que había adaptado de forma ingeniosa a su sombrilla como su ultimo regalo. Una vez fallecido el herrero, Kszuo lo enterró al pide del árbol donde lo había encontrado a el, por petición del mismo anciano como una forma de conmemorar que se habían conocido.
Pasaron algunos días después de la muerte de su amigo para que Kozuo decidiera irse de aquella choza, no por que tuviera interés en descubrir quien era, de echo no se molestaba en pensar en ello, si no que a pesar de que el anciano fue su amigo, este nunca le dijo que podía quedarse con ella así que por respeto partió, no sin antes arreglar las goteras, deshierbar  la entrada y limpiar los instrumentos que usaba para la herrería, llevando consigo solo algo de comida, su sombrilla/espada y el libro de proverbios que  también le regaló.

Claramente Kozuo no conocía el bosque, por lo que se perdió varios días hasta que se le ocurrió seguir el río cuesta abajo. Todo estaba tranquilo hasta que vio a un chico inconsciente siendo llevado por la corriente del rió, por suerte logró alcanzar uno de sus brazos sacándolo del agua y tras darle varias palmadas en la cara este reaccionó.
El muchacho iba con un atuendo muy fino, resultando ser el hijo único de una familia importante; los sirvientes no tardaron en dar con ellos y el chico como muestra de agradecimiento por salvare la vida, lo invito a quedarse en su casa todo el tiempo que quisiera, a lo que Kozuó no se negó pues ya tenia varios días sin comer algo decente.
La idea era comer, descansar un poco y seguir con su viaje hacia ningún destino, pero los padres del muchacho insirieron en que se quedara por mas días, sobretodo la madre quien estaba tremenda mente agradecida por salvar a su único hijo.

Los días se hicieron meses hasta convertirse en un año; para entonces kazuo ya se había convertido en un miembro mas de la familia. Sin querer y como algo no dicho con palabras, ahora era el protector del hijo de la familia, asumiendo el papel mas que nada por el aprecio que le había tomado a la madre del chico. Era una mujer muy protectora con el y sus razones eran bien justificadas pues el chico era muy torpe para su propio bien, y a Kszuó por alguna razón le afectaba ver a la mujer angustiada.

El día en que la noticia de la guerra llegó, el primogénito decidió que por el honor de su familia el iría a la guerra ya que su padre no estaba en condiciones, lo que tenia devastada a su madre. Sabia que su hijo no sobreviviría a una guerra, y que no importaba lo que dijera el otro no cambiaba de opinión. Bien que mal Kozuo también le tomó aprecio al muchacho, era torpe y obstinado pero con un buen corazón, combinaciones que no jugarían a su favor dentro de la guerra, asi que desdió tomar cartas en el asunto.

Una tarde en la que Kozuo y el chico salieron de paseo, regresaron mas temprano de lo previsto; un accidente que le rompió la pierna y lo dejaría en cama al menos un mes, suficiente tiempo para que no lograra enlistarse para la guerra. El muchacho estaba bastante frustrado consigo mismo, se negaba a comer y a mantener reposo lo que solo aumentaba la angustia de sus padres, asi que Kozuo hizo lo que no había hecho desde que despertó bajo el árbol sin saber quien era, le prometió a el y a su familia que lucharía en esa guerra en nombre de la familia, como una forma de agradecerles el haberlo hecho sentir parte de algo... parte de una familia, teniendo el consuelo de que si  moría, al menos alguien lo recordaría.

          
+Gustos
Los días lluviosos, algunas veces se quita la mascara solo para sentir las gotas en su cara. 
Leer.
La carne de cerdo agridulce.
El sonido del agua
Beber alcohol
Probar cosas nuevas
Los regalos desinteresados, aprecia mucho los obsequios
Que le toquen el cabello  


-Disgustos
Los días soleados
Su rostro
Que quieran quitarle su mascara o su sombrilla 
Cuando le piden que mienta por alguien mas 

Extras
-Tiene un gran equilibrio y le gusta probarlo en lugares altos sobre una sola pierna. 
-Conocido a un dude que se llama Jaku que le regaló un tigre
-Que no le guste su rostro no es por vanidad, es por el hecho de que cada vez que lo mira, siente una profunda trastesa. Por esto mismo tampoco quiere que los demás la vean, teme que se sientan igual de tristes que el.
-Siempre carga su livor de proverbios, lo ha leído tantas veces que se lo sabe de memoria.
-Le salen chidas las figurillas en cascara de mandarina (?)
-A veces tiene un terrible impulso por querer lamer caras ajenas, el cual muchas veces no puede contener.
-Nunca usa la sombrilla para la lluvia, para la único que la usa es para cubriese del sol. 
-Si, tiene la lengua morada. 
-Su nombre es lo único que ha podido recordar a demás de su habilidad con la espada.